AVISO: Se encienden las luces, ¡llegó la Navidad!

¡Y llegó la Navidad!
Si, o eso dicen por ahí.
Esta noche encienden las lucecitas que engalanan las calles en Madrid, a modo de recordatorio para el pueblo: ¡compren señores, compren! Que es tiempo de ello.
Porque -aunque no lo parezca- es tiempo de ser felices, como príncipes de cuento recién emparejados.
¡Olviden ustedes la crisis! Es tiempo de visas, de lanzar esos: ¡bah es navidad! ¡Un día es un día! O tal vez creer, que esto el año que viene terminará, así que, si no se guarda, no pasa nada de nada.
¡Y llega la navidad!
Con sus albergues al 200% de ocupación, con otros tantos muriendo de frio en nuestras calles, sin importar si se tiene DNI español o no, pero con la iluminación navideña dando colorcillo a su caras y a sus vidas, ¡que para algo la hemos pagado todos!
¡Y llega la navidad!
Con recortes en sanidad, con órdenes desde el ayuntamiento de que las ayudas a los dependientes, a las personas mayores o enfermos, sean examinadas con lupa, y esa lupa, aunque este sucia ¡no pasa nada! Porque es navidad y tenemos muchas luces por encender y si eso nos sale por 4,6 millones de euros nos tiene que dar igual.
¡Hay que celebrar la navidad!
Que si hay casi tres millones de parados, y en más de medio millón de hogares no hay quien meta un salario… ¡no pasa nada! ¡Es navidad! Y todos deben estar contentos y felices, irse al centro comercial que más luces tenga, que para algo te han hecho financiar, sin siquiera preguntar.
¡Navidad, navidad!
Que importan los desahucios, los impagados, los procesos de embargo, si los turrones ya están en el híper y… ¡compren ya sus papa noeles! Por si luego la tarjeta no da para tanto. ¡Que hay súper ofertas! Quien no las aprovecha es el tonto más tonto.
¡Navidad!
Nueve millones de luces en Madrid, nueve millones de vergüenzas que compartir, y nada que objetar ¡porque es la navidad!
Los modistos engalanan las calles, cual pasarela cibeleña, el sumun de la barbarie y la desvergüenza mientras haya quien no tenga un céntimo para calentar su vivienda. ¡Pero es navidad señores, no se debe olvidar! Para eso nos encienden las luces, por si preferimos olvidar.
Y los arquitectos también participan del festival de la navidad, supongo que lo harán gratis porque como nos cobren por firmar la colocación, me temo que más de un albergue, tendrá que cerrar.
¡Pongamos ya nuestro árbol de navidad! como ha hecho el alcalde en nuestras calles, porque todos tenemos que hacerlo, porque hay que celebrar por narices esta maldita navidad. Con un presupuesto en Madrid de 2,45 millones de euros, ¡baratito señores! Porque va incluido el pack de carnavales y han ahorrado dos millones. ¡No nos podemos quejar!
¿Dónde queda ese niño en el pesebre, de humilde proceder y obrar? ¿Ese solsticio de invierno con una familia alrededor del fuego del hogar? Ya todo se ha prostituido, nada significa ni tiene razón fuera del gastar y comprar.
¡No quiero luces!, ¡no quiero árboles ni parafernalia que avergüence a quien un día dio origen a lo que es la navidad! Quiero que sea navidad con esos 2,45 millones de euros en todos los hogares de mi patria, que esos 9 millones de bombillas den calor al que pasa frio y que los 4,6 millones de euros den para comer al que nada tiene, y un hogar digno a esos niños, que no tendrán nada bajo el árbol de la maldita y demócrata navidad.
¡Y en toda España señores!
¡Que a mí, de norte a sur, de este a oeste, España me duele!

Carmen Padial.