Mientras que los gobernantes se reparten cual hienas el poder o ejercen de meros observadores, o el me voy o me quedo, tal vez esas hienas sean señuelos para el pueblo, más que nada, para que la hostia duela menos, como cuando te sacan sangre y miras para otro lado, a ver si te enteras menos. Es lo que tiene la democracia, sanguijuela disfrazada de hada madrina, que en vez de gobernar por y para el pueblo, pasan el 99,9% luchando por el sillón presidencial, eso sí, el cetro de mando lo tienen los de siempre.
Así que… ¿para qué dar revuelo al hecho de que los alimentos de 1º necesidad hayan subido por las nubes? ¿Acaso no es asunto del pueblo?
El aceite de girasol ha llegado a ver aumentado su precio un 40,65% en un año, una subida 10 veces mayor que la de la inflación. No solo aumentó de precio este producto, también subió el pimiento verde, pescadilla, conejo (debe ser por la publicidad pre navideña zapateril), las naranjas y el arroz.
Muchas familias deben recortar la cesta de la compra ya no en caprichos, si no en productos necesarios para una correcta nutrición, ¿Qué será del anciano con una miserable pensión? ¿los parados?...¿todo el que coma?
Las especulaciones con el trabajo ajeno en productos como el cereal, ayudados por una menor producción, por emplear las tierras para biocombustibles. Alimenta esta tendencia alcista que genera una subida general de precios engordada por el aumento de precio del petróleo, resultan una subida de al menos 16 productos de consumo habitual en las familias; encarecidos en más de un 10%.
Se encarecieron de forma notable el limón (38,45% interanual), la harina de trigo (28,37%), la leche esterilizada (23,57%), los espaguetis (20,27%), el plátano de Canarias (19,47%), las naranjas (14,51%), la carne de pollo fresca (12,93%) y los huevos, que remontaron un 10,74%.
Superaron la barrera del 10% de subida las gambas congeladas, las sardinas en aceite, el yogur, la mantequilla, el tomate natural, el pan de molde de trigo, el arroz.
Los descensos más destacados respecto a abril de 2007 fueron los del tomate para ensalada (16,6%), la patata (7,51%), la cebolla (7,3%), la zanahoria (5,1%), la lechuga (4,3%), el aceite de oliva (5,9%) y el café soluble (1,5%).
Pero estas subidas se quedan en los bolsillos de los siempre, que no son los de los campesinos que cultivaron o el ganadero que crió. Los precios que pagamos en el “super” son mucho mayores de los que cobró el que sudó el producto que llegamos a consumir
La distribución de los productos parece que es monopolizada por tres grupos (Eroski, Mercadona y Carrefour) en un 50% del total de la producción nacional.«Queremos trasladar a los ciudadanos que muchos productos salen de las explotaciones a unos precios indignantes, mientras el consumidor ha de hacer cada día un mayor esfuerzo para poder comprarlos», dicen asociaciones de agricultores y ganaderos.
Arawn.
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