El desalmado D. G. B., de 25 años y de Cádiz, acusado de violar a una niña de tres años de edad en el año 2006, fue juzgado ayer, siendo hallado culpable y por tanto condenado a una pena de dos años de cárcel, después de que el acusado reconociera los hechos. Así de barato sale desgraciar la vida de un niño.
En la sala, el violador reconoció todos los hechos de los que le acusaba el fiscal: confirmó que abusó sexualmente de la menor, al menos en una ocasión y que intentó, además, penetrarla sin lograrlo. En fin…
En el tiempo de los hechos, la pequeña solía pasar horas en casa de su bisabuela, donde también residía el violador, ya que mantenía una relación sentimental con una tía de la niña. A veces, él mismo se encargaba de cuidar a la niña «en la creencia de que iba a prestar la atención adecuada y protección» mientras la madre trabajaba.
Pero la niña contó a su madre lo que sucedía el mismo día de los hechos, cuando fue a buscarla. La madre llevó de inmediato a su hija a un centro médico para poder denunciar. En aquel momento -y en una revisión posterior- no se encontraron evidencias de los hechos.
Meses más tarde, la menor sufrió graves trastornos de comportamiento derivados de aquél traumático suceso, que la ha obligado a recibir tratamiento psicológico y que llevaron a la familia a retomar la denuncia contra el agresor, según explica el fiscal en su escrito de acusación.
El fiscal al principio pedía una pena de cinco años de cárcel para el tipejo, pero ayer se redujo a sólo 24 meses. El abogado defensor no recurrirá la sentencia, que se considera por tanto firme. ¿Para qué recurrir si ya de por sí semejante sentencia alienta a otros desviados mentales a abusar de un niño?
El fiscal modificó la calificación, de agresión sexual a un delito de abusos sexuales, por no existir la violación consumada. El birrioso Código Penal español, castiga con penas de uno a tres años de cárcel este tipo de hechos. ¿Tendrán hijos o niños en sus familias los que aplican y crean estas penas?
El condenado deberá indemnizar a la pequeña con 6.000 euros por el daño moral, yo conmutaría los 6.000 euros de….por 6.000 latigazos.
El condenado se encuentra en prisión porque también cumple una condena por asuntos relacionados con el tráfico de drogas. Un “prenda” vamos.
Sin más comentarios, porque hay cosas que requieren acciones y lo palabras, a mi entender.
Carmen Padial.
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