Estas han sido las declaraciones del presidente de la cadena de supermercados Mercadona, Juan Roig, que pretende paliar la situación que están pasando bajando un 17% el precio de sus productos.
"Nos encontramos en una tercera guerra mundial sin balas, y en una situación tan grave se hace necesario aplicar una economía de guerra".
La drástica política de reducción de costes que la compañía, con más de 60.000 empleados, viene aplicando desde hace meses, de manera obsesiva según su presidente: "Rebajar precios por la mañana, por la tarde y por la noche". Afirma que manteniendo "la seguridad y la calidad alimentaria".
La estrategia dice, le ha permitido a la firma rebajar los precios un 10% y se pretende llegar al 17% en el año 2009.
Han eliminado todo lo que no añada valor al producto: reducción de costes en envases, embalaje, incluso la eliminación de 400 "productos recomendados" - marcas blancas de la cadena-, incluso 400 productos de marca, "que en muchos casos o eran innecesarios o planteaban una necesidad inventada". Esto es un ahorro para ellos mismos encubierto, ya que el producto superfluo ocupa espacio en los almacenes, haciendo necesaria rebajas de urgencia para deshacerse del producto ante la venida de campañas concretas o teporales, y que precisan de espacio -en dicho almacén- o por la misma caducidad del producto, que, para evitarla, se hace una rebaja que le haga tener pérdida ya que la ubicación estratégica de los productos, no es efectiva por efecto de la crisis.
Han eliminado todo lo que no añada valor al producto: reducción de costes en envases, embalaje, incluso la eliminación de 400 "productos recomendados" - marcas blancas de la cadena-, incluso 400 productos de marca, "que en muchos casos o eran innecesarios o planteaban una necesidad inventada". Esto es un ahorro para ellos mismos encubierto, ya que el producto superfluo ocupa espacio en los almacenes, haciendo necesaria rebajas de urgencia para deshacerse del producto ante la venida de campañas concretas o teporales, y que precisan de espacio -en dicho almacén- o por la misma caducidad del producto, que, para evitarla, se hace una rebaja que le haga tener pérdida ya que la ubicación estratégica de los productos, no es efectiva por efecto de la crisis.
En este año que cierran sufrieron una disminución en ventas del 5%, pero vamos tuvieron un beneficio de 320 millones de euros, y estas medidas suponen que hará subir las ventas, ya el año pasado fueron de un 10% unos 15.379 millones de euros respecto al 2006.
C.P
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