La vicepresidenta de la Vega ha anunciado a bombo y platillo una parte de la reforma de la ley de extranjería que permitirá a las extranjeras víctimas de maltrato, obtener un permiso de residencia temporal.
Es perfecto y obligado, dar protección a quien sea maltratado hombre o mujer (yo no discrimino como hacen las leyes actuales), pero rentabilizar el que te maltraten es muy tentador - y algo que ya se hace- dentro del colectivo inmigrante y el español, no lo olvidemos, no creo que sea adecuado ni mermador de el número de maltratos semejante medida.
Al igual que pasó con “el papeles para todos” aquí correrá el “ostión para todas”. Y es que buscarle las cosquillas a un señor no es muy complicado, solo hay que tocarles su hombría y lógicamente, y como ser humano que es, te puede dar una torta.
Como una torta –o empujón-, en este Estado, es considerado ya maltrato -no agresión- sino maltrato, ya le has buscado la ruina a quien más rabia te dé o tus papeles de residencia si eres inmigrante.
Si este bofetón lo aplica una señora no pasa nada de nada, pero ¡ay del que sea varón y caiga en ese proceder! , papeles, la custodia de los hijos, la casa, la pensión, y al que odies metido en prisión.
Ni la agresión debe obtener recompensa u omisión de condena, ni debe poderse rentabilizar, ya que entraríamos en la dinámica de obtención de un maltrato por interés.
Ya contamos con denuncias falsas (demostradas un 4%) y el 36% de los denunciados salen con el veredicto de inocentes. El número de víctimas mortales por violencia de género ha sido de 70 en 2008, ¿hasta dónde se manipula el dolor que verdaderamente sufren algunas mujeres y hombres?, eso no se sabe más que tras las cuatro paredes de respectivas sus casas. Sólo el 48% de las denuncias acaban en condena para el agresor en los juzgados de lo penal, pero la mayoría, la gran mayoría de las fallecidas, nunca habían denunciado. Lo que no es tolerable es que a los hombres se les hayan convertido automáticamente en delincuentes porque lo diga una señora, y si encima de eso podemos fomentarlo con una gratificación por denuncia… el hombre se convierte en mejor trampolín de solución a los problemas, como una especie de cheque en blanco.
Esta medida es sumamente discriminatoria ante la mujer maltratada española, que también las hay, porque ¿Qué se le da la foránea que es maltratada si ya tiene papales?
No puede uno pretender dar justicia con injusticias y es lo que estas medidas hacen, maltratar mediante leyes discriminatorias o preferenciales a las que tienen “la desgracia” de ser españolas y sufran maltrato.
El sector inmigrante, por cultura, tiende más a ese proceder agresivo hacia la mujer, y nadie debe echarse manos a la cabeza porque tan solo han de pasearse por sus “noticieros” o recordar a de la Vega diciendo que había que erradicar el maltrato en esos países, y dando por cierto una cantidad sustancial de millones para ello, haya por Sudamérica. Lo que es, es y punto pelota, guste o no a los “tolerantes”.
Recordemos que la violencia doméstica afecta de forma igualmente alarmante a niños, ancianos y, en menor medida aunque también, a hombres. ¿Es que acaso todas las víctimas de maltrato no merecen igual trato o atención y sus agresores igual castigo con independencia del sexo o nacionalidad al que pertenezcan? ¿Es que acaso unos merecen mayores reposiciones morales que otros? En este caso, un permiso de residencia, ¿se han preguntado ustedes si hay algo más? Yo les afirmo que sí que lo hay, como vivienda en caso de ser maltratada. Una española ha de demostrar estar totalmente desprotegida para recibir eso, siempre te queda un primo o tía que dar asilo. ¿Y si los centros se saturan que pasa? En fin son muchas preguntas con respuestas que no son gratas.
La violencia machista "no puede entender de fronteras ni de lugar de nacimiento", dice de la Vega, pero toleran y protegen actitudes y culturas que si que practican esa discriminación y violencia aquí mismo, en nuestro país, es una incongruencia como poco y un insulto a la inteligencia por otra parte.
La proporción de inmigrantes maltratadas tiene una sobrerrepresentación respecto al peso demográfico de mujeres en España. Las víctimas españolas han descendido del 77,1% en 2004 al 55,7 % en 2008, el porcentaje de víctimas extranjeras en esos años ha pasado del 22,9 % en 2004 al 44,3 % en 2008. En 2008 fueron asesinadas 31 mujeres inmigrantes y 39 españolas. Si tomamos en cuenta que lógicamente –al menos por ahora- existen más mujeres españolas en España que inmigrantes. Es alarmante ver como estos “señores” tienen por hábito apalizar a sus señoras y a la española que con uno de ellos decida juntarse, porque la mayoría de los maltratadores son también inmigrantes, que lo sepan.
El Ministerio de Igualdad hará campañas específicas de sensibilización y editará folletos sobre los derechos de las víctimas y los recursos disponibles dirigidos a extranjeras, que serán traducidos, en principio, al rumano, ruso, búlgaro, árabe, chino, francés e inglés.
Así que lo dicho si se considera en la reforma de Extranjería la posibilidad de obtener la autorización de trabajo por parte de las mujeres que han sufrido maltrato en los casos de reagrupación familiar y a quienes han obtenido permiso de residencia por circunstancias excepcionales al ser víctimas de esta violencia, ya poseen otro coladero por donde asentarse. ¿Qué harán con el maltratador? Porque de expulsiones no hablamos ¿no?
Dar papeles a la maltratada no evitará que el maltratador no vuelva a hacerlo.
Otra medida fantasma y fantasmagórica del ministerio de las fantasmadas.
Es perfecto y obligado, dar protección a quien sea maltratado hombre o mujer (yo no discrimino como hacen las leyes actuales), pero rentabilizar el que te maltraten es muy tentador - y algo que ya se hace- dentro del colectivo inmigrante y el español, no lo olvidemos, no creo que sea adecuado ni mermador de el número de maltratos semejante medida.
Al igual que pasó con “el papeles para todos” aquí correrá el “ostión para todas”. Y es que buscarle las cosquillas a un señor no es muy complicado, solo hay que tocarles su hombría y lógicamente, y como ser humano que es, te puede dar una torta.
Como una torta –o empujón-, en este Estado, es considerado ya maltrato -no agresión- sino maltrato, ya le has buscado la ruina a quien más rabia te dé o tus papeles de residencia si eres inmigrante.
Si este bofetón lo aplica una señora no pasa nada de nada, pero ¡ay del que sea varón y caiga en ese proceder! , papeles, la custodia de los hijos, la casa, la pensión, y al que odies metido en prisión.
Ni la agresión debe obtener recompensa u omisión de condena, ni debe poderse rentabilizar, ya que entraríamos en la dinámica de obtención de un maltrato por interés.
Ya contamos con denuncias falsas (demostradas un 4%) y el 36% de los denunciados salen con el veredicto de inocentes. El número de víctimas mortales por violencia de género ha sido de 70 en 2008, ¿hasta dónde se manipula el dolor que verdaderamente sufren algunas mujeres y hombres?, eso no se sabe más que tras las cuatro paredes de respectivas sus casas. Sólo el 48% de las denuncias acaban en condena para el agresor en los juzgados de lo penal, pero la mayoría, la gran mayoría de las fallecidas, nunca habían denunciado. Lo que no es tolerable es que a los hombres se les hayan convertido automáticamente en delincuentes porque lo diga una señora, y si encima de eso podemos fomentarlo con una gratificación por denuncia… el hombre se convierte en mejor trampolín de solución a los problemas, como una especie de cheque en blanco.
Esta medida es sumamente discriminatoria ante la mujer maltratada española, que también las hay, porque ¿Qué se le da la foránea que es maltratada si ya tiene papales?
No puede uno pretender dar justicia con injusticias y es lo que estas medidas hacen, maltratar mediante leyes discriminatorias o preferenciales a las que tienen “la desgracia” de ser españolas y sufran maltrato.
El sector inmigrante, por cultura, tiende más a ese proceder agresivo hacia la mujer, y nadie debe echarse manos a la cabeza porque tan solo han de pasearse por sus “noticieros” o recordar a de la Vega diciendo que había que erradicar el maltrato en esos países, y dando por cierto una cantidad sustancial de millones para ello, haya por Sudamérica. Lo que es, es y punto pelota, guste o no a los “tolerantes”.
Recordemos que la violencia doméstica afecta de forma igualmente alarmante a niños, ancianos y, en menor medida aunque también, a hombres. ¿Es que acaso todas las víctimas de maltrato no merecen igual trato o atención y sus agresores igual castigo con independencia del sexo o nacionalidad al que pertenezcan? ¿Es que acaso unos merecen mayores reposiciones morales que otros? En este caso, un permiso de residencia, ¿se han preguntado ustedes si hay algo más? Yo les afirmo que sí que lo hay, como vivienda en caso de ser maltratada. Una española ha de demostrar estar totalmente desprotegida para recibir eso, siempre te queda un primo o tía que dar asilo. ¿Y si los centros se saturan que pasa? En fin son muchas preguntas con respuestas que no son gratas.
La violencia machista "no puede entender de fronteras ni de lugar de nacimiento", dice de la Vega, pero toleran y protegen actitudes y culturas que si que practican esa discriminación y violencia aquí mismo, en nuestro país, es una incongruencia como poco y un insulto a la inteligencia por otra parte.
La proporción de inmigrantes maltratadas tiene una sobrerrepresentación respecto al peso demográfico de mujeres en España. Las víctimas españolas han descendido del 77,1% en 2004 al 55,7 % en 2008, el porcentaje de víctimas extranjeras en esos años ha pasado del 22,9 % en 2004 al 44,3 % en 2008. En 2008 fueron asesinadas 31 mujeres inmigrantes y 39 españolas. Si tomamos en cuenta que lógicamente –al menos por ahora- existen más mujeres españolas en España que inmigrantes. Es alarmante ver como estos “señores” tienen por hábito apalizar a sus señoras y a la española que con uno de ellos decida juntarse, porque la mayoría de los maltratadores son también inmigrantes, que lo sepan.
El Ministerio de Igualdad hará campañas específicas de sensibilización y editará folletos sobre los derechos de las víctimas y los recursos disponibles dirigidos a extranjeras, que serán traducidos, en principio, al rumano, ruso, búlgaro, árabe, chino, francés e inglés.
Así que lo dicho si se considera en la reforma de Extranjería la posibilidad de obtener la autorización de trabajo por parte de las mujeres que han sufrido maltrato en los casos de reagrupación familiar y a quienes han obtenido permiso de residencia por circunstancias excepcionales al ser víctimas de esta violencia, ya poseen otro coladero por donde asentarse. ¿Qué harán con el maltratador? Porque de expulsiones no hablamos ¿no?
Dar papeles a la maltratada no evitará que el maltratador no vuelva a hacerlo.
Otra medida fantasma y fantasmagórica del ministerio de las fantasmadas.
Carmen Padial.
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