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martes, 20 de enero de 2009

Mismo modelo, distinto color.

En estos momentos envisten a Obama. Y envisten no es que le hallan organizado un encierro a lo pamplonica y se haya encontrado este señor en mitad de la carrera de los toros, es que toma posesión como presidente de los EEUU.
A lo largo de la campaña, y de su elección mucho se ha dicho que si es afroamericano, o de raza negra, que era el primer presidente negro de América.
¿Qué es eso de afroamericano? Como hace poco me dijo un negro de Nueva Guinea. Es la hipocresía más grande que se ha visto y la estupidez más extendida incluso en los de mi raza, me exclamó.
No es americano, su raza es la mía y en consecuencia es africano y así lo será, pues ese matiz le acompaña en cada una de las referencias que se hacen de él, y ese término acuñado para falsear la diferencia real que existe, le asqueaba.
Y esto lo dijo otro señor de color(como se dice también, el resto debe ser transparente).
Y si no existen las razas, ¿porque para hablar sobre Obama se dice que es el primer presidente de raza negra? Las razas existen para lo que interesa, y en las razas que interesan, es simple.
Lo que sí me dijo este señor de Nueva Guinea, es que la gente estaba muy equivocada al pensar que, por ser negro, iba a cambiar el tipo de acciones americanas. Los que gobiernan son siempre los mismos, y nosotros los peones, blancos y negros, verdes y amarillos. A veces nos engañan, cambian la cara de los presidentes, o el color de los gobiernos y hacen creer que somos libres o tenemos poder de decisión, pero eso no es cierto.
Nada importa que en la poltrona de la Casa Blanca se siente un trasero oscuro, todo seguirá igual, nos han distraído un ratito con el color del que ahora pone la cara al mandato. Seguirán los conflictos en Oriente Medio, los conflictos africanos, la sumisión occidental, la puja de otros continentes... Ahora hay un negro, pero en este caso, todo lo demás es y será igual. Pinte o no pinte, se remangue las mangas de la camisa con la mano derecha o la izquierda, los intereses económicos y el sistema de gobierno es el mismo, y aquí seguiremos sufriendo las mismas oleadas que desde allí nos manden.

Este señor de Nueva Guinea, estaba muy orgulloso de su cultura, todo su entorno era de su misma procedencia, y siempre nos tratamos con educación y corrección, él orgulloso de lo suyo, y yo de lo mío. Y ambos coincidíamos en algo, ojalá un día todos los pueblos se liberasen y nadie tuviera que verse sometido a nadie, mucho menos a la necesidad de abandonar tu país porque a un sistema se le antoje eliminar a los pueblos, y dejarles como meros engranajes de una cadena de producción de una empresa gigantesca llamada globalización, y organizada por un señor llamado capitalismo, ya tenga la cara blanca o negra. Ya que el color de piel ni te hace bueno, ni te hace malo, te da muchas cosas, pero eso no.

Carmen Padial.

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